Puede formar parte de vida del ser humano que se reduzca la habilidad para oir y escuchar.
Sin embargo, no es necesario resignarse a la pérdida auditiva - sobre todo cuando ésta afecta la calidad de vida, las actividades cotidianas y la habilidad de comunicarse sin problemas con los seres queridos.

En la población occidental se estima que un 80% de las personas con hipoacusia son
mayores de 65 años, siendo una de las causas más frecuentes de discapacidad crónica.
Se sabe además que la hipoacusia se asocia a depresión, deterioro de la calidad de vida, deterioro cognitivo, alteraciones conductuales y del sueño, disminución de la actividad social, deterioro de la comunicación y alteraciones de memoria.
Otros factores que presentan algún grado de asociación con esta condición son el ruido industrial, la diabetes, el tabaquismo, riesgo cardiovascular, valores elevados de colesterol, insuficiencia renal y tratamiento de quimioterapia.
Cuales son las recomendaciones?
La creación de programas de control de ruido y uso de protección auditiva en edades tempranas. Procurar un buen control de los pacientes con enfermedad cardiovascular y evitar factores de riesgo,
¿Qué estudios hay disponibles para detección de hipoacusia?
¿Con qué frecuencia debiera realizarse el test?
Se recomienda incluir el EXAMEN AUDIOLOGICO FUNCIONAL* en las rutinas de controles médico-clínico a partir de los 65 años. Esto incluye Audiometría Tonal, Logoaudiometría y pruebas de tolerancia a sonidos intensos.
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