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viernes, 18 de diciembre de 2015

Recomendaciones para este fin de año!



Sin duda los fuegos artificiales son un espectáculo imperdible, pero disfrutar en primera fila de este tipo de eventos y sentir en carne propia la vibración y el estruendo que provocan; podría terminar con un daño auditivo, que en el peor de los casos pudiera ser permanente y que mostrará su efecto en el largo plazo.
 “Una fuerte detonación superior a 120 decibeles puede causarnos un trauma acústico que puede derivar en serios daños en nuestro oído
todos deben cuidar la distancia que tenemos del punto de detonación del espectáculo pirotécnico, ya que mientras más lejos estemos habrá menor posibilidad de daño por ruido. Los lugares abiertos también son una ventaja versus los espacios cerrados, pues en el primer caso la lesión será menor.“Los fuegos más peligrosos son aquellos de alto impacto como por ejemplo, las bombas de luces. Es preferible actuar con seguridad y mantener las distancias, para así evitar cualquier problema debido al ruido o  la posibilidad de quemaduras”.

Luis Ortega explica que además en los adultos es común que, después de las fiestas, varias personas sientan en sus oídos un zumbido, pito o sonido agudo que dificulta escuchar la voz, incluso, de quien tenemos al lado. Cuando eso ocurre, significa que el oído ha sufrido daño temporal; el que podría transformarse en permanente si la exposición es regular en el tiempo. 

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