El oído humano no está hecho para escuchar música
Los oídos no
pueden protegerse de la música relativamente alta.
Aunque el oído dispone de reflejos que lo protegen de
ciertos tipos de ruido, no puede tomarse ninguna medida cuando el nivel de
ruido se encuentra por encima de los 120 dB.
La combinación de tres factores diferentes podría tener como resultado una alteración de audición después de escuchar música:
La duración del tiempo de escucha.
La cercanía a la fuente de sonido.
Lo alto que se escuche la música.
Y cuanto más someta a sus oídos a esta fatiga, mayor será
la probabilidad de que sufra una alteración de audición permanente.
El iPod y el MP3, un riesgo para los oídos por exceso de decibeles.
Cada vez más
jóvenes asisten a la consulta por que padecen un zumbido agudo, parejo y muy
molesto que tarda horas y hasta días en desaparecer. Es señal inequívoca de que el iPod y el MP3
se están usando mal y de que la audición está en peligro.
Pero ¿cómo saber
a qué intensidad está el equipo? No hay ninguna manera porque los reproductores
no están provistos de ese tipo de indicador. Es difícil limitar el sonido
y eso se puede ver en la calle, en el colectivo o en el subte, donde debido al ruido
de fondo los jóvenes se ven obligados a subir el volumen a niveles máximos y
uno, que está parado cerca, también oye la música .
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